He creído muchas cosas, he esperado por tanto tiempo, he
cambiado mi visión muchas otras, he perdido el rumbo incontables veces.
Me
levanté una y otra vez, con las alas embarradas, agonicé, temblé de frío y de
calor. Hubo momentos en que creí que llegaría al cielo, y otros tantos en que no
me habría importado arrastrarme al vacío.
Controlada por el miedo tantas veces
he perdido, pero aún viéndole a los ojos lo supe y cada vez con más fuerza, yo
podía ser mucho más, existía un yo detrás de ese muro mucho más grande
brillante y fuerte. Y a ese yo busqué desesperada cada vez que caí y en sus
ojos vi la esperanza y encontré el consuelo en sus palabras: “todo estará bien”.
Tomé su
mano y lloré incontables veces, pero cada vez era más breve, sin darme cuenta
terminaba sonriendo, llena de vida, porque ese yo que vi tan lejos se acercaba.
Nacía en mí poco a poco y mi deseo de que brote y crezca por completo y se desate todo su brillo y toda
la luz de su ser me inunde hacía que el miedo a ser quién quería ser se
aplacara.
Pronto le vi frente a frente y aunque temblando le quise abrazar,
porque ahora sé que es a él a quien debo
enfrentar para vivir, entonces arrojaré todo y me despojaré de todo lo que fui
y soy, Miedo déjame abrazarte y traspasarte, y estaré segura de que ya nada me
detendrá porque ahora seras mi aliado.
08.02.2017
Comentarios
Publicar un comentario