Entradas

Mostrando las entradas de febrero 5, 2017
He creído muchas cosas, he esperado por tanto tiempo, he cambiado mi visión muchas otras, he perdido el rumbo incontables veces.  Me levanté una y otra vez, con las alas embarradas, agonicé, temblé de frío y de calor. Hubo momentos en que creí que llegaría al cielo, y otros tantos en que no me habría importado arrastrarme al vacío.  Controlada por el miedo tantas veces he perdido, pero aún viéndole a los ojos lo supe y cada vez con más fuerza, yo podía ser mucho más, existía un yo detrás de ese muro mucho más grande brillante y fuerte. Y a ese yo busqué desesperada cada vez que caí y en sus ojos vi la esperanza y encontré el consuelo en sus palabras: “todo estará bien”.  Tomé su mano y lloré incontables veces, pero cada vez era más breve, sin darme cuenta terminaba sonriendo, llena de vida, porque ese yo que vi tan lejos se acercaba. Nacía en mí poco a poco y mi deseo de que brote y crezca  por completo y se desate todo su brillo y toda la luz de su ser me...
No necesito esto, no quiero vivir agonizando, hay un lado de mí que grita por liberarse y el otro que aterrado se esconde en el fondo de lo oscuro, cómodo y absurdo.  Basta de absurdeces, mis pies han tocado suelo y se han enterrado, pero mis alas no han dejado de crecer y aletean con fuerza. Sobre tierra y mar me agitaré si así puedo quebrar esas cadenas que todavía aprisionan mi corazón. Estoy cansada y ya no quiero temer al miedo, ni siquiera al mundo ni a mí  misma.  Los ideales por los que viví no morirán, duermen en mi alma, y es este momento en el que veo como me sacude aquello que llaman ‘vida’ que me desespero más para dejar atrás todo lo que supuse y empezar de nuevo como si nada existiera. Todo lo que quiero es correr y sentir las llamas de la felicidad crecer en mí día a día y tomar tus manos dulces y no soltarlas nunca nunca más.  04.02.2017